Para tratar de resolver el misterio de los peces, la misión catalana, de la Universidad de Barcelona (UB), que parte mañana hacia Oxirrinco (hasta el 20 de abril) llevará con ella a un científico belga, Wim Van Wanner, especialista en peces antiguos (sí, hay profesiones notables).
“No había más remedio”, suspira el director de la misión, Josep Padró, “porque ninguno de nosotros sabe de fauna del Nilo y todo lo que podíamos hacer eran conjeturas”. Padró ríe al recordar la cara que puso Van Wanner cuando le dijeron cuántos peces habían encontrado. “Él pensaba que hablábamos de media docena, así que al decirle que eran 1.300...”. El egiptólogo explica que hay grandes, medianos y pequeños (esperemos que no pezqueñines). El belga es un paleontólogo o más precisamente paleoictólogo del Museo de Historia Natural de Bruselas. A ver si aclara si los dichosos peces son oxirrincos. “Es difícil”, reflexiona Padró, “en la iconografía los identificas, pero con las espinas resulta fácil meter la pata”.
El otro gran objetivo de la campaña es la recuperación de lo que parece ser una vía procesional porticada que atraviesa la necrópolis
Aparte de tratar de resolver la incógnita que plantean los peces y continuar la excavación del sector en que han aparecido —y que puede arrojar más sorpresas: los peces pueden ser la ofrenda de un gran enterramiento—, el otro gran objetivo de la campaña es la recuperación de lo que parece ser una vía procesional porticada que atraviesa la necrópolis y que fue hallada también la pasada temporada. La vía, del río al desierto, conduce hasta el Osireion, el templo funerario excavado por la misión desde hace años. Para dilucidar las características de la vía se contará con la colaboración de un equipo especializado en fotografía aérea. “Excavar es muy lento y las fotografías nos darán mucha información sin necesidad de hacerlo”.
“No había más remedio”, suspira el director de la misión, Josep Padró, “porque ninguno de nosotros sabe de fauna del Nilo y todo lo que podíamos hacer eran conjeturas”. Padró ríe al recordar la cara que puso Van Wanner cuando le dijeron cuántos peces habían encontrado. “Él pensaba que hablábamos de media docena, así que al decirle que eran 1.300...”. El egiptólogo explica que hay grandes, medianos y pequeños (esperemos que no pezqueñines). El belga es un paleontólogo o más precisamente paleoictólogo del Museo de Historia Natural de Bruselas. A ver si aclara si los dichosos peces son oxirrincos. “Es difícil”, reflexiona Padró, “en la iconografía los identificas, pero con las espinas resulta fácil meter la pata”.
El otro gran objetivo de la campaña es la recuperación de lo que parece ser una vía procesional porticada que atraviesa la necrópolis
Aparte de tratar de resolver la incógnita que plantean los peces y continuar la excavación del sector en que han aparecido —y que puede arrojar más sorpresas: los peces pueden ser la ofrenda de un gran enterramiento—, el otro gran objetivo de la campaña es la recuperación de lo que parece ser una vía procesional porticada que atraviesa la necrópolis y que fue hallada también la pasada temporada. La vía, del río al desierto, conduce hasta el Osireion, el templo funerario excavado por la misión desde hace años. Para dilucidar las características de la vía se contará con la colaboración de un equipo especializado en fotografía aérea. “Excavar es muy lento y las fotografías nos darán mucha información sin necesidad de hacerlo”.