CosmoCaixa inauguró ayer en Barcelona una exposición dedicada a uno de los instrumentos científicos más grande jamás construido, se trata del Gran Colisionador de Hadrones del Centro Europeo para la Investigación Nuclear (CERN). Este instrumento se encuentra instalado en la frontera francosuiza entre 50 y 175 metros bajo tierra, en un túnel de 27 kilómetros de circunferencia. Es el mismo que en julio de 2012 anunció el presunto bosón de Higgs que ayuda a explicar el origen de la masa. Este proyecto se expone de manera itinerante en diversas ciudades de España, la última fue en Madrid y ahora se podrá visitar en Barcelona del 7 al 26 de marzo.
Así pues, esta exposición temporal y de carácter itinerante organizada por el CERN y la Obra Social “la Caixa” consta de dos partes. La primera está diseñada para dar a conocer los experimentos más relevantes que se han realizado en los tres años de funcionamiento del Colisionador de Hadrones. En un espacio aproximado de 100 metros cuadrados se distribuyen una serie de módulos con paneles audiovisuales explicativos y maquetas que recrean partes del instrumento. La segunda parte, también siguiendo una dinámica audiovisual y de maquetas de piezas concretas, se centra específicamente en divulgar la contribución catalana al LHC por parte de centros como el Instituto de Física de Altas Energías (IFAE) en la Universidad Autónoma de Barcelona, que construyó un detector de 700 toneladas para buscar nuevas partículas en el Colisionador, y el Instituto de Ciencias del Cosmos (ICCUB) de la Universidad de Barcelona.
Sin embargo, la idea de mostrar los últimos experimentos científicos no se limita en la exposición. A través de la cooperación del CERN y el consorcio del proyecto Pathway, financiado por la Unión Europea, destinado a promover metodologías innovadoras en el campo de la ciencia a nivel escolar, han conformado, además, una serie de actividades, visitas guiadas y seminarios destinados a grupos escolares, a maestros y al público en general con la intención de dar a conocer la ciencia desde experiencias de primera mano.
Por otro lado, en el primer día de apertura se organizó una mesa redonda a modo de acto inaugural en la que se debatió el futuro del CERN y la investigación en la física de partículas, y es que las incógnitas siguen siendo muchas. El debate lo conformaron Martin Bosman, investigadora catedrática del IFAE, Antonio Pich, catedrático y coordinador del Centro Nacional de Física de Partículas, Manuel Delfino, director del Puerto de Información Científica y, como moderador, Lluís Garrido, investigador catedrático del ICCUB. Todos concluyeron en la necesidad de seguir investigando, ya que solo en el período de pruebas el LHC ha dado muy buenos resultados, mejorar a nivel tecnológico, que condiciona en gran medida las posibilidades de esta investigación, y seguir invirtiendo en ciencia a pesar del contexto de crisis económica presente, porque los descubrimientos de este gran instrumento científico no solo podrían dar respuesta a las cuestiones fundamentales de nuestra existencia, sino que tienen mucho que ver en nuestro día a día. De hecho, los primeros aceleradores de partículas sirvieron para crear las máquinas y fármacos capaces de obtener imágenes para el diagnóstico oncológico, el CERN fue el creador de lo que conocemos como World Wide Web, como sistema de comunicación interna, y el LHC puede ayudar en el reto energético de nuestro planeta, tal y comopublicaba hace unos días el director general del Cern, Rolf Heuer, en este mismo diario.