Un ser humano pestañea de 15 a 20 veces por minuto. Los expertos siempre han creído que estos parpadeos espontáneos, que se producen cada pocos segundos, tenían como objetivo únicamente lubricar la córnea y evitar que se reseque. Sin embargo, la velocidad es mayor que la necesaria para la lubricación ocular, según un estudio que publica la revista PNAS y del que se hace eco la agencia SINC.
Para averiguar las causas, Tamami Nakano y sus colegas de la Universidad de Osaka (Japón), autores de la investigación, examinaron la actividad cerebral relacionada con el parpadeo espontáneo mientras los participantes veían vídeos grabados de la serie británica ‘Mr. Bean’, usando imágenes de resonancia magnética funcional. Durante el experimento, los participantes pestañearon espontáneamente una media de 17,4 veces por minuto (desde 3,1 a 51,0) frente a la pantalla, sobre todo en los momentos de interrupción de la trama.
Según los autores, de los resultados se deduce que el parpadeo espontáneo ayuda a liberar activamente la atención. Y que desempeña un papel fundamental en el equilibrio entre dos grandes redes cerebrales que sustentan anatómicamente la atención y que compiten entre sí: la red dorsal y la red neuronal por defecto. “Observamos que, al visualizar vídeos, justo después del parpadeo la actividad cortical disminuía momentáneamente en la red dorsal”, apunta Nakano. Sin embargo, la actividad aumentaba en la red neuronal por defecto, que es la que permanece activa cuando el cerebro está en reposo despierto, es decir, cuando el individuo no atiende al mundo exterior, sino que está concentrado en sus procesos internos.