En concreto lo que ha sido descrito es la estructura tridimensional de las ribonucleoproteínas, unos conglomerados de material genéticos (que en virus no es ADN, sino ARN) y las proteínas que intervienen, que son nucleoproteínas y polimerasas. El virus necesita estas estructuras ya que a diferencia de organismos más desarrollados que poseen células eucariotas (hongos, plantas, animales) no poseen un núcleo donde esté el material genético.
"La estructura final muestra una organización de doble hélice con dos cadenas de ARN y nucleoproteína. En uno de los extremos se encuentra contenida la polimerasa. Además, hemos verificado que las diferentes ribonucleoproteínas se agrupan de forma compacta dentro del virus intacto", dice Jaime Martín-Benito, del mismo centro.
El descubrimiento es un paso para poder interferir en el ciclo reproductivo del virus o para evitar que infecte a los seres humanos, en los que causa pandemias anuales. Sobre todo en la fase en que el virus da el salto de aves, donde es endémico, a a personas, dicen los investigadores.
"La estructura final muestra una organización de doble hélice con dos cadenas de ARN y nucleoproteína. En uno de los extremos se encuentra contenida la polimerasa. Además, hemos verificado que las diferentes ribonucleoproteínas se agrupan de forma compacta dentro del virus intacto", dice Jaime Martín-Benito, del mismo centro.
El descubrimiento es un paso para poder interferir en el ciclo reproductivo del virus o para evitar que infecte a los seres humanos, en los que causa pandemias anuales. Sobre todo en la fase en que el virus da el salto de aves, donde es endémico, a a personas, dicen los investigadores.