Los investigadores, liderados por David Denlinger y Richard E Lee, capturaron especímenes de B. antártica cerca de la base estadounidense Palmer y realizaron después análisis genéticos para estudiar los mecanismos moleculares de capacidades de esos mosquitos. Así, estudiaron la expresión de miles de genes de respuesta al entorno seco y frío de la Antártida. Los resultados se han presentado en la revista Proceedings de la Academia Nacional de Ciencias estadounidense.
En el invierno antártico, “las larvas del mosquito son capaces de defenderse mediante una forma de deshidratación denominada crioprotectora”, explica la National Science Foundation estadounidense, organismo que ha financiado el estudio. “La deshidratación crioprotectora es un mecanismo en el que una caída gradual de la temperatura en presencia de un entorno helado crea un gradiente de presión de vapor que extrae agua del cuerpo, disminuyendo el punto de fusión de los fluidos corporales y permitiendo que las larvas no se congelen a temperaturas bajo cero”, continúan los expertos.
Sin embargo, al comparar las estrategias de protección de estos insectos de la Antártica con la respuesta a la escasez aguda de agua líquida de otros artrópodos terrestres como el Megaphorura arctica y elFolsomia Candida, parientes cercanos de los insectos, los investigadores han descubierto notables diferencias que residen en la expresión de los genes. Mientras el B.antarctica reduce al mínimo su actividad metabólica y espera a que mejoren las condiciones ambientales, el F. Candida, por ejemplo, recurre a la absorción de vapor para restablecer el equilibrio de agua durante períodos largos de falta de agua.
En el invierno antártico, “las larvas del mosquito son capaces de defenderse mediante una forma de deshidratación denominada crioprotectora”, explica la National Science Foundation estadounidense, organismo que ha financiado el estudio. “La deshidratación crioprotectora es un mecanismo en el que una caída gradual de la temperatura en presencia de un entorno helado crea un gradiente de presión de vapor que extrae agua del cuerpo, disminuyendo el punto de fusión de los fluidos corporales y permitiendo que las larvas no se congelen a temperaturas bajo cero”, continúan los expertos.
Sin embargo, al comparar las estrategias de protección de estos insectos de la Antártica con la respuesta a la escasez aguda de agua líquida de otros artrópodos terrestres como el Megaphorura arctica y elFolsomia Candida, parientes cercanos de los insectos, los investigadores han descubierto notables diferencias que residen en la expresión de los genes. Mientras el B.antarctica reduce al mínimo su actividad metabólica y espera a que mejoren las condiciones ambientales, el F. Candida, por ejemplo, recurre a la absorción de vapor para restablecer el equilibrio de agua durante períodos largos de falta de agua.