Europa parece lista para subirse a la ola de la explotación comercial del espacio en la que ya avanzan varias compañías en Estados Unidos, más allá de los satélites de comunicaciones y de observación de la Tierra. Un consorcio de empresas con base en Suiza ha lanzado un ambicioso proyecto espacial para construir un nuevo sistema de lanzamiento de bajo coste que debe ser capaz, en una primera fase, de desplegar satélites de hasta 250 kilos y, después, de realizar vuelos suborbitales para turistas espaciales.
Swiss Space System o S3, abreviando, ha logrado una financiación de 250 millones de euros para hacerlo. Su plan es tener prototipos para el año que viene, cumplir el vuelo inaugural lanzando un satélite al espacio en 2017 y, después, explotar el negocio del turismo espacial. En S3, además de media docena de compañías del sector, incluida la españolaDeimos, participa ya la Agencia Europea del Espacio (ESA) y se cuenta con la rusa Roscosmos. El padre de la idea es el piloto suizo Pascal Jaussi, que lleva tres años luchando por ponerla en marcha. Esta semana se ha hecho la presentación oficial de S3 en Suiza, con la participación estelar del exastronauta europeo Claude Nicollier, miembro del grupo de expertos.

La reutilización y la utilización de un avión comercial adaptado pueden abaratar los costes hasta unos ocho millones de euros por lanzamiento, según S3.
“Nos vamos a ocupar de la parte de dinámica de vuelo, del sistema de control y del equipamiento en Tierra”, explica Miguel Belló-Mora, ingeniero aeronáutico y director de la empresa española Deimos, participante en S3. La base de operaciones, es decir, el despegue y el aterrizaje, se realizarán en el aeródromo de la localidad suiza de Payerne, entre Ginebra y Berna.